domingo, 2 de noviembre de 2008

Franz Beckenbauer: ¿sólo hay “músculo” en la defensa?

"Johan Cruyff fue mejor, pero fui yo quien ganó la Copa del Mundo " comentó tras la final de 1974 en la que se enfrentaban las selecciones de Holanda y Alemania, con victoria para esta última.
A sus 14 años de edad el “kaiser” llegó al que sería el club de sus amores, el FC Bayern de Münich. Un club que hasta entonces era “uno más” en la Bundesliga alemana. Lo cierto es que “el rodillo alemán”, como se conoció posteriormente, comenzó a funcionar tras su llegada. Franz era un jugador que, hasta entonces, jugaba como mediocentro en el TSV Münich 1860, el otro equipo de la ciudad. Poseía una clase formidable, enorme, lo que dio pie a su entrenador a reconvertirlo a una posición nueva, que no existía, y que entonces se inventó. Me refiero al líbero.


El líbero es una viariante defensiva que hace que quede un defensa por detrás de la línea defensiva haciendo un 1-2 y así facilitar la labor defensiva y de creación del inicio de jugada. Muchos han sido los jugadores que han marcado una época y que han funcionado en esta posición como el propio Beckenbauer o los italianos Franco Baresi o Gaetano Scirea.


Posiblemente estoy exagerando pero en toda la historia de este deporte no ha existido un defensa tan elegante como el “kaiser”. Su toque de balón era sutil, su salida con el esférico conducido era como la carrera de un grácil cervatillo que corre por el campo, su golpeo, excepcional y su pundonor y liderazgo sus señas de identidad.


Beckenbauer “escribía una historia” mientras jugaba, el desenlace era siempre el mismo, una victoria. Ver jugar al número “6” era una de las cosas más gratificantes que se puedan hacer en esta vida. Atrás quedan sus galopadas proyectándose al ataque y definiendo como un auténtico matador, como si su posición de toda la vida hubiese sido al de delantero centro.
Mítico fue su partido del mundial de 1970 de México en el que en un gesto de valentía y compañerismo jugó con el brazo en cabestrillo durante gran parte del encuentro. Este suceso le otorgó el brazalete de capitán de la Mannschaft.


Su palmarés es envidiable: considerado por la IFFHS como el tercer mejor jugador de todo el mundo, por el mismo organismo como el segundo mejor jugador europeo por detrás de Johan Cruyff y además nombrado como el “Genio universal del fútbol mundial”. Sus títulos a nivel de clubes son interminables: 5 campeonatos nacionales, 3 subcampeonatos nacionales, 4 campeonatos de Copa Alemana, 3 ligas de Estados Unidos, 3 torneos de Copa de Europa, una Copa Intercontinental, una Recopa de Europa, campeón de la Eurocopa de 1972, campeón mundial de 1974, subcampeón mundial de Europa en 1976, subcampeón mundial en 1966, tercero en el mundial de 1970, 103 partidos como internacional, 50 como capitán.


Ya no quedan defensas como él.

2 comentarios:

Christian Gaudioso dijo...

Que razón llevas. Ya no quedan defensas como él. Era un crack de los que salen muy de vez en cuando. Lástima que no naciera más tarde para poder disfrutarlo nosotros mejor. Siguiente análisis: Hitzspelger jaja o Hilbert, Cacau, Delpierre, Lanig, etc. Ya sabes jaja. Un saludo Rober jugónn.

Unknown dijo...

Su imagen en las semifinales del mundial 70 con el brazo en cabestrillo increible. No era para menos, ese Alemania Italia es uno de los partidos más espectaculares de la historia